Por esta pregunta empecé cuando nos planteamos hablar sobre drogas a alumnos de 14 años…
Al ser un tema comprometido y sobre el que no siempre queremos ver, oir o hablar, había que plantearse una manera de introducirlo para que ellos razonaran, argumentaran, valoraran… las drogas sin tener claro que estaban hablando sobre ello.
Así pues la charla la planteamos como una cata a ciegas, pero de comida. Y a partir de ahí establecimos dos grupos en el que cada uno defendería una posición diferente:
Los que pese a no saber lo qué es la defenderían:
- ¿por qué la probarías?
- ¿qué características te gustaría que tuviera?
- ¿a quién se la ofrecerías?
- ¿cómo la venderías para que otras personas la probaran sin saber lo qué es?
Los que precisamente por no saber lo que es, la desecharían:
- ¿por qué no la probarías?
- ¿qué características te harían rechazarla?
- ¿a quién no se la ofrecerías?
- ¿cómo harías para convencer a otras personas de que no la prueben porque no saben lo que es?
Esto nos permitió que fueran muchos, sino todos, los que aportaran su granito de arena e incluso les dimos la posibilidad, una vez defendida su posición, a cambiarse de lugar antes de hablar ya propiamente de las drogas:
¿qué buscamos con ellas y que nos aportan realmente?
y por qué se consumen si…
- no sé lo que lleva exactamente
- no sé lo que me va a provocar a corto plazo
- mucho menos a largo plazo
- no tengo beneficios garantizados…
La verdad es que fue una sesión que se convirtió en dos, donde al menos, plantearon dudas, hablamos del tema con claridad y conocieron algunos datos nuevos importantes…
Seguimos abriendo ventanitas a la información para la salud 🙂
@enfermeriaescolarespe #aprendiendoaquerernos #aprendiendoacuidarnos