La ansiedad y otras emociones

Llevábamos tiempo con ello en la cabeza y este año las circunstancias nos han dado el último empujón para ponernos a ello con los mayores de Secundaria y Bachiller. Porque las mochilas del cole a veces pesan y no son los libros…

La educación emocional sigue siendo una materia reservada para tutorías y trabajo personal, como ocurre con la salud. Propuesta como materia transversal pero sin un espacio curricular propio ni unos tiempos concretos.

Pese a lo vivido, parece que seguimos sin darnos cuenta de que, si no estamos bien, el resto no funciona…

L@s niñ@s y l@s adolescentes son dos grupos de edad que han ido sobrellevando estos últimos tiempos como mejor han podido y, aunque irresponsables los hay, como en todos los colectivos, son muchos los que han puesto de su parte para hacerlo bien, por ellos y por las personas cercanas.

A las dudas iniciales de principio de curso, se sumaron los nervios cuando las cosas se veían más cerca, en casa o en el cole y más si esto se solapaba con determinadas fechas importantes, académicamente hablando.

Durante el curso se han empezado y suspendido las actividades paraescolares, se han abierto y cerrado los lugares de ocio, ya sea bares, zonas deportivas, parques, playas… se han restringido más o menos la movilidad y las visitas o tiempos con las personas que queremos, familia y amigos… la rutina se ha hecho a veces demasiado rutinaria, sin un plan a la vista, un tiempo final o una recompensa a corto plazo… ha aumentado la distancia entre las personas, ha disminuido el contacto físico y nos hemos perdido muchas sonrisas, con estas mascarillas que nos dificultan solo el respirar…

Todo ello en unos años que ya de por sí la presión aumenta, sea externa, interna o un poco de todo… y cuando la olla la llenamos y empieza a pitar, si no bajamos el fuego, por algún sitio tiene que escapar…

Entender que esto es normal, que las emociones están ahí y nos hacen humanos. Que son necesarias, ni buenas ni malas, necesarias: a veces para pasar página, a veces para tomar impulso, para desahogarnos, para celebrar, para dar valor a las cosas… Lo importante es reconocerlas, darnos tiempo para vivirlas y aprender a gestionarlas.

#Aprenderaquerernos, conocernos y establecer unos límites saludables. Buscar ayuda si la necesitamos, sea en principio de personas cercanas o de profesionales si la cosa se complica, como haríamos en otras situaciones tan cotidianas como la fiebre.

#Aprenderacuidarnos por dentro y por fuera, a cuidar nuestra salud, a dedicarnos tiempo y convertirnos en nuestra prioridad. Construir nuestra red de apoyo: reservar tiempos para hacer lo que nos gusta y nos sienta bien con las personas que queremos. Si nuestro taburete tiene varias patas siempre será más fácil encontrar apoyo si una se rompe 🙂

@enfermeriaescolarespe

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